Sobre mí

sábado, 13 de septiembre de 2014

La venganza de Heisenberg (spoilers modo on)

                                                                                             I am not in danger Skyler, 
                                                                                                            I am the danger
                                                                                                                     
Que en la carta astral de Walter White predominara el signo de Tauro no debería extrañar a nadie.
Si quisiéramos catalogar nuestro protagonista en un cóctel astrológico estaríamos ante una mezcla de Tauro, Capricornio y Géminis, pero debido al contenido temático de la serie me voy a centrar en su marcado lado taurino.
No creo que Vince Gilligan estuviera pensando demasiado en arquetipos astrológicos durante la escritura del guión, pero una vez más, como amos y señores del inconsciente colectivo, ellos decidieron manifestarse por su cuenta para configurar la trama de Breaking Bad. 
Y es que hablar de Breaking Bad es hablar de los dos ejes de una polaridad, de la lucha entre dos fuerzas en oposición.
Es hablar de Tauro y de Escorpio, de la casa dos y de la casa ocho. Es ,en definitiva, hablar de la contraposición entre permanecer y cambiar, entre acumular y destruir.
Cuando conocemos a nuestro protagonista no tardamos en deducir como han sido sus últimos años entre coches mojados y polvorientas pizarras de instituto. Los eventuales problemas económicos son lo único que parecen obstaculizar la rutina bastante insustancial de una familia estándar.
El día a día seguiría su curso inalterable de no ser por el diagnóstico que Walter recibe en la consulta del médico. Un cáncer de pulmón fulminante amenaza con acabar con su vida en unos meses.
Con la intención inicial de obtener ingresos que dejar a su familia, nuestro protagonista empezará a producir metanfetamina de manera clandestina.
El entorno próximo permanecerá ajeno a todo y Walter no tardará demasiado en iniciar el desdoblamiento de identidad.
Heisenberg, su alter ego sombrío, permanecerá en estado latente hasta que empiece a ser manifestado en el momento en que se requiera más control de la situación, cuando deba ayudar a Walter en el campo de batalla.
En biodescodificación podrían establecer una asociación entre el cáncer de pulmón y lo no expresado. Las células malignas como el modo de reivindicación con el que cuenta lo reprimido para manifestarse.
No sería descabellado relacionar la enfermedad de nuestro protagonista con su alter ego. El cáncer como la manifestación gráfica de la voz de Heisenberg gritando enterrado en su interior. No en vano el tumor remite al mismo tiempo que Heisenberg ocupa gran parte de lo que antes era Walter, o eso se nos hace creer. El lado oscuro de Escorpio emergerá de las profundidades de la casa ocho cuando Walter haya tomado conciencia de su propio perecer.En ese momento la creciente angustia del toro le llevará al negocio de la metanfetamina para asegurar el bienestar material de los suyos.
Ello le enfrentará a Heisenberg, que por su parte, reivindicará su  derecho de autoafirmación negado durante años. 
La voluntad de acumular de Walter retroalimentará las ansias de poder de Heisenberg y ambos se sumergirán en una bulímia autodestructiva donde la muerte se convertirá en la habitual moneda de cambio. El aumento de ingresos será proporcional al aumento de asesinatos. 
La integridad de las posesiones de su casa dos peligrará frente a una casa ocho a la que le es cada vez más difícil permanecer en la sombra.
Heisenberg representará el lado oscuro de Escorpio, operando a escondidas para obtener más poder. 
Tal vez nada de esto habría sucedido si Walter hubiera sabido reivindicar lo suyo cuando estaba en Grey Matter. Si no hubiera frustrado la voluntad de autoafirmación de Heisenberg, retirándose al anodino modo de vida por el que optó. 
El progresivo desdoblamiento de identidad,iniciado en el momento de conocer el diagnóstico, se zanjará con la aniquilación de la personalidad asumida durante los últimos cincuenta años.
Heisenberg acabará entonces con Walter White definitivamente y se dejará destruir por la enfermedad  del mismo modo que el menos evolucionado de los escorpiones haría con su aguijón.
Ambos perecerán ante la imposibilidad de existir como conjunto. Walter se esfumó progresivamente tiempo atrás, Heisenberg, tendido en el suelo del laboratorio, sonreirá satisfecho después de la derrota.

¿Podría haber sido de otro modo?

lunes, 25 de agosto de 2014

El sacrificio y el mito

¿Qué tienen en común Marilyn Monroe, Michael Jackson, Kurt Cobain, John Lennon, Jim Morrison o Amy Winehouse? (por citar algunos de las decenas de ejemplos a las que podríamos referirnos)
Los que estéis pensando la fama y la muerte prematura tenéis dos minipuntos para la saca. Los que estéis pensando un Neptuno fuerte en la carta o malos aspectos con Neptuno, tenéis el premio gordo.
Si nos pusiéramos a analizar cada una de las cartas individualmente, podríamos detectar en ellas la presencia de Neptuno de una u otra forma (ya sea por los malos aspectos del planeta en la carta de Marilyn Monroe o Jim Morrison, por los planetas en piscis de Kurt Cobain o de Michael Jackson, o por la importancia del mismo en la carta de John Lennon)
La magnitud de la fama de estos individuos solamente puede ser interpretada a través de las aguas de Poseidón. Una Luna en Leo, en casa diez y en trígono a Júpiter, puede dar mucha visibilidad pública a nivel internacional, es obvio. Pero las legiones de fans idealizadores, las masas que divinizan a la estrella, son terreno de Neptuno.

Uno de los grandes cambios que está trayendo consigo el inicio de la era de acuario, en la cultura occidental, es la suplantación de los santos y las vírgenes (propias de la era de Piscis y del cristianismo) por ídolos de carne y hueso que se presentan ante nosotros como seres inalcanzables, ya que solamente podemos idealizar aquello que no podemos alcanzar.
De hecho, podríamos considerar que la idealización es un mecanismo de Neptuno para disolver las fronteras y crear la unión universal, puesto que es el único modo de amar lo desconocido.
La idealización de Jesucristo  se produjo tras su muerte, cuando el ego se había fundido con el cosmos. Del mismo modo las canonizaciones se ponen en marcha tras las defunciones, nunca antes. 
Pero las idealizaciones emitidas por las hordas de fans se dirigen a personajes vivitos y coleando, que deben saber manejar toda la energía que la idealización supone.
Deben aprender a gestionar esos océanos de fuerzas invisibles que impactan en sus vulnerables seres. Deben lidiar con  los millares de ojos que se proyectan en ellos, que desean imitarlos, que desean fundirse con esas entidades a las que creen conocer.
Es evidente que un ser humano no puede aguantar todas esas proyecciones durante demasiado tiempo sin sufrir algún daño colateral.
Es por ello que ,en muchos casos, la única escapatoria es el sacrificio de la propia identidad. La entrega del alma a la humanidad.
Si la vida no finaliza en el momento en que nos desprendemos de nuestra alma, la única alternativa que se nos presenta es la de vagar como muertos vivientes hasta el fin de nuestros días. Lo que sin duda sucede en muchos casos. Véase el arquetipo de la vieja gloria tan magistralmente parodiado en ¿Qué fue de Baby Jane? , por ejemplo.
Algunos de vosotros os estaréis preguntando; ¿Qué pasa con Brad Pitt? ¿Y Madonna? ¿Tan fuertes son? ¿Tantas proyecciones pueden resistir?
La respuesta a estas preguntas se obtendría con un análisis individual de sus cartas, que posiblemente abordemos en detalle en otro texto. Pero como no quiero dejar la teoría en el aire, la resumo; 
En el caso de Madonna y de Brad Pitt podemos estar ante futuros muertos vivientes que, en unos años, intenten recuperar su alma reviviendo el pasado. Algo que no sería de extrañar en el caso de Madonna, teniendo en cuenta sus últimas apariciones públicas…
O podemos hablar sino  de casos que saben aprovechar las energías planetarias de sus cartas para contrarrestar lo negativo del efecto “neptunizante”.  Intervendrían aquí la Luna (tan íntimamente ligada a la popularidad)  , el Sol o Júpiter. Planetas que en buen aspecto son también generosos en términos de visibilidad pública.
La fama que otorga Neptuno puede traer consigo problemas con alcohol, barbitúricos o drogas en general y  si Brad Pitt o Madonna tienen problemas con drogas yo no me he enterado. Por eso podemos pensar también que se pueden manejar bien con unas cartas que se encuentran equilibradas en algún sentido. Unos Soles o Lunas fuertes (Madonna y sus planetas en Leo o Brad Pitt y su Sol en casa 1), o ayudas de planetas como Saturno (Stellium en capricornio de Brad Pitt)
Debemos tener en cuenta que el Sol, Júpiter o la Luna, por bien aspectados que estén, difícilmente podrán llegar hasta donde se extiende el océano.  Una muestra de ello, es la idealización que se produce  tras las muertes.
Solo cuando el ego entrega su alma a la inmensidad (proceso neptuniano por excelencia), podemos adentrarnos en lo divino.
Neptuno, por tanto,  es el único planeta capaz de hacer pervivir la fama en la eternidad , pero exige el sacrificio de la propia individualidad a cambio. Y en la mayoría de los  casos, solamente cuando ese sacrificio se produce de manera prematura se puede crear el mito.

                                                                                                                              

Lily, Richard Parker y las caras de la sombra

La sombra de Jung

Todos estamos familiarizados con el concepto junguiano de sombra, pero muchos  no lo saben. De hecho el término psicoanalítico, acuñado por el teórico suizo, no es más que la redefinición de algo tan antiguo como la propia civilización.
El lado oscuro del hombre nace al mismo tiempo que su lado luminoso. Y es que como no hay bueno sin malo, guapo sin feo y noche sin día; no hay luz sin sombra.
Podemos definir la sombra como lo que resulta de almacenar en el inconsciente los rasgos no aceptados de la propia personalidad.
La envidia, la avaricia, la ira, la lujuria ,o cualquiera de los pecados capitales y sus compinches,  deben ser expulsados de la civilización para conseguir una convivencia pacífica en sociedad.
¿Es posible eliminar de nuestra identidad algo que nos pertenece? ¿Podemos destruir lo que nos constituye sin atentar contra nuestra existencia?
La sombra, completa nuestra individualidad y nos define tanto como nuestra vertiente consciente, o incluso bastante más.
Movidos entonces por el instinto de supervivencia, la única alternativa que se nos presenta es enterrar a nuestros oscuros hermanos en lo más profundo del inconsciente con la esperanza de que no vuelvan a perturbar nuestra armonía.
Pero del mismo modo que el lobo se adueña del licántropo las noches de luna llena, la sombra lucha por ser reconocida. Usará los caminos que estén a su alcance para hacerlo; desde lapsus linguae hasta borracheras, pasando por pesadillas o proyecciones de todo tipo. Porque lo que no reconocemos dentro nuestro, aparecerá fuera. Hallaremos en nuestras narices aquello de lo que huimos.  Manifestaremos entonces un profundo desprecio por el amigo que se cree el centro del universo, por el vecino arrogante que humilla al tendero, o por la amiga promiscua.
Invertiremos todos los mecanismos que tengamos a nuestro alcance para censurar esa clase de inmorales y degenerados comportamientos.  Mientras más cercana sea la actitud  ajena a nuestra propia sombra, más repugnancia provocará en nosotros. Viviremos nuestra sombra a través de la proyección externa en un sujeto que nos resultará odioso. Como en el caso del personaje interpretado por Chris Cooper en American Beauty”, muchos homófobos descubrirán que son gays, muchas vírgenes contactarán con su puta y muchas putas contactarán con su virgen. En el opuesto hallaremos el elemento ideal para proyectar nuestra sombra.
Así, los gobiernos belicistas culparán a gobiernos extranjeros de todos sus males e iniciarán conflictos bélicos ,sangrientamente represivos, en defensa de la libertad. Del mismo modo que la inquisición intentaba limpiarse de su sombra mediante las cazas de brujas, o el hippy ,que luchaba en contra de la guerra de Vietnam, proyectaba su odio hacia los militares.
La suma de sombras individuales creará una inmensa sombra colectiva a la que llamaremos Diablo.

Lily

Cuando Nina Sayers, interpretada por Natalie Portman, entabla su primera conversación íntima con Lily, se encuentra en el centro de danza.
Lily aparece en la oscuridad, la ausencia de luz oculta parcialmente su rostro. Emerge literalmente desde las sombras y penetra en la zona iluminada.
El cisne negro y el cisne blanco se encuentran de nuevo en un mismo espacio.
Cada uno de los cisnes es la representación de cualidades antagónicas, gráficamente expresadas con unos directos blanco y negro.
Aronofsky nos muestra sin rodeos una contraposición permanente entre dos personalidades que parecen irreconciliables.
Solamente la fusión de las cualidades formará la perfecta bailarina. El perfecto cisne negro deberá ser también el perfecto cisne blanco.
Nina deberá escarbar en lo más profundo de su ser para sacar su sombra a la luz de la consciencia.
La exploración de las cualidades ocultas, de los rasgos negados, será el camino a la integración de los opuestos.
La ruta hacia la completitud deberá pasar por la crisis de identidad que provocará el contacto con  el gemelo siniestro.
Mediante la aceptación de aquello que reprimimos, pasaremos de la proyección en el exterior a la integración en nuestro interior para aprender a dominarlo desde la comprensión.
La atracción entre opuestos ,tan propia de la naturaleza, ejercerá un papel fundamental en el proceso. Mediante la fusión de los contrarios se conseguirá la completitud. Y como en el sexo, solamente muriendo en el otro podrá nacer una nueva identidad.

Richard Parker

El naufragio de Pi Patel le aísla en mitad del océano junto a Richard Parker, un tigre de bengala. Deberá aprender a convivir con él para sobrevivir.
Ésta podría ser la resumida sinopsis de “Life of Pi” explicada desde la perspectiva de una narración objetiva. Pero no es necesario navegar demasiado profundamente en su significado como para entender que nos encontramos, una vez más, ante un conflicto entre el yo consciente y la propia sombra.
El joven Piscine iniciará una travesía marítima por las aguas del inconsciente para aprender a lidiar con su sombra.
De la relación que establezca con su hermano oscuro dependerá su supervivencia.  Del mismo modo que la integridad del individuo y su cordura dependerán de la gestión equilibrada entre lo consciente y lo inconsciente.
Si cede ante el tigre puede acabar deborado por su sombra y fallecer, ya sea figurada o literalmente. Ya sea por muerte física o por la pérdida de la cordura.
La razón deberá encauzar lo instintivo en una batalla en que no tiene lugar el cuerpo a cuerpo.
Un encuentro entre los dos polos de un mismo individuo que acabará cuando los náufragos lleguen de nuevo a la civilización. Momento en el que Richard Parker se adentrará en la selva del inconsciente, dejando a Pi en la orilla y asumiendo que su presencia no tiene cabida en la civilizada comunidad.

Yo, el otro y la integración

Podemos intentar reprimir nuestra sombra ,como Nina Sayers, pero debemos ser conscientes del riesgo que corremos a ser destruidos. Pues en la lucha contra el inconsciente el vencedor ya fue elegido antes de la batalla.
La sombra puede aparecer entonces fuera de nosotros complicándonos la vida o adoptando la forma de alguna enfermedad que ataque al organismo.
Podemos ,sino, intentar pegarnos la sombra a los zapatos, como Peter Pan, pero posiblemente fracasemos en el intento, pues en algún momento bajaremos la guardia.
Tal vez la opción más sensata sea la que pasa por mirar de frente a nuestro hermano, darle la mano,  y comprender su necesidad de mostrarse dejándole algo de libertad de acción. 
Reconocer el lado oscuro es el primer paso para aprender a lidiar con él. Para ello deberemos tomarnos el tiempo necesario.
En cierto sentido, la travesía de Pi Patel y Richard Parker es el  viaje de toda una vida.